Hola, mi nombre es Maribel y esta es mi increíble experiencia con Almudena.
LLegé a Almudena gracias a un regalo de mi cuñada Beatriz, y a partir de ese momento la palabra regalo cobró una dimensión extraordinaria. Acaba de ser diagnosticada de un linfoma en estado avanzado. Todo era un shock para mí y mi familia. Lo intenté procesar lo mejor posible desde el inicio, pero las sensaciones de escalofríos, incertidumbre y miedo me visitaban a menudo.
Almudena me habló con esa dulzura innata que ella tiene. Fue una sesión que traspasó mi yo más interno. Estuve sentada bajo la acupirámide mientras aprendía y experimentaba a trascender el miedo, los escalofríos, la inseguridad … Almudena me fue guiando, me acompañaba como un ángel en la tierra, cada palabra suya era un camino de luz que se abría frente a mí.
Ella me dio su mano y me llevó a ese ser que todos llevamos dentro. La esencia de nosotros mismos, el poder y la luz que reside en lo más profundo de cada uno.
Entre lágrimas me descubrí. Conecté con otro plano, el tiempo real que duró la sesión con ella fue increíblemente corto, y fueron tres horas que pasaron a una velocidad no explicable.
Almudena me abrió puertas y ventanas…todo se llenó de luz en mí. La fuerza de lo invisible está cada día conmigo.
Hoy y cada día agradezco el milagro de la vida. Sé que me estoy sanando, el cáncer esa palabra tan fea y que tanto atormenta no es más que un mensajero, así me lo mostró Almudena y lleva toda la razón. Agradezco a ese mensajero haber pasado para decirme cosas, yo le dejo marchar ahora. Mi cuerpo tiene un potencial enorme de autosanación y cada día me divierto en el maravilloso proceso de sanación.
Gracias a Almudena y a Beatriz que me llevó hasta ese faro de luz en mi vida…que supo mostrarme con un infinito amor el poder de lo invisible y recordarme que los milagros existen y yo soy uno. Dios está conmigo.
GRACIAS